*El Centro Histórico de la ciudad de Tlaxcala se convirtió en el punto de reunión de tres continentes, pero entre sus capítulos se encuentra una historia que quizás sea leyenda
Katya López
Tlaxcala, Tlax.- La historia y la leyenda se desdibuja entre calles y edificios. En el día a día del Centro Histórico de Tlaxcala, está un testigo clave en unir tres continentes: el Portal del Parián, creado cuando México no existía y era solo la Nueva España.
El Centro Histórico de la capital tlaxcalteca celebra casi 40 años como Patrimonio de la Nación -desde que en 1986 se le asignó este título – y en él se encuentra este portal, que ha sido también nombrado como Portal Hidalgo o Portal Real y es el protagonista de una controversia histórica.
Los portales, en la cara oriente y sur de la Plaza de la Constitución tlaxcalteca, se construyeron en 1550 por solicitud del corregidor español Diego Ramírez y así, el Cabildo Indígena contrató a 300 trabajadores para crear esta obra que se convirtió en un punto cónclave para unir tres dos mundos, pues allí se vendían productos de Europa con mercancía de España y de Asia, con importaciones de las Islas Filipinas y a su vez, salían exportaciones del Continente Americano hacia ambas regiones.
Pero casi 100 años después de su creación, en 1687, el gobernador español Fernando Antonio Picazo vendió el inmueble al escribano Miguel de Ortega y así, sin consultar al Cabildo Tlaxcalteca, la propiedad pública se convirtió en privada.
Una de las columnas de estos portales suscribe que este sitio recibió a Benito Juárez en 1869, durante el inicio de la Revolución Antijuarista, que buscaba derrocar al presidente de México.
Sin embargo, el propio Juárez generó un discurso ideológico en el que señalaba a los pueblos de esta tierra como partícipes de La Conquista española, un concepto que se arraigó en la historia, hasta nuestros días.
A pesar de ello, en 1995 se creó el municipio que lleva su nombre, pero su presencia en el estado y en el Portal del Parián es un enigma.